La filósofa Hannah Arendt (Hannover, Alemania, 1906 - Nueva York, 1975), ya estaba establecida en Nueva York en 1951, cuando se publicó Los orígenes del totalitarismo, obra que la hizo famosa. La autora alemana, de origen judío, había escapado por los pelos de la barbarie nazi en su país natal al conseguir huir de un campo de internamiento de Francia y usó su experiencia en la obra. Se podría decir que Arendt no solo escribio Los orígenes del totalitarismo como pensadora, sinó que tambnién lo hizo como superviviente.
En este libro, Arendt hace un profundo análisis de, lo que a su modo de ver, fueron los dos únicos ejemplos de totalitarismo que se han vivido en la historia mundial: El nazismo en Alemania y el comunismo en la URSS. La escritora llega a concretar incluso más en este aspecto: Solo considera como totalitarismos verdaderos la última etapa del gobierno de Hitler dentro del nazismo y el período en que governó Stalin (hasta su muerte en 1953) en la Union Soviética.
La misma Arendt tuvo que oponerse en una reedición del libro al uso indiscriminado e ideológico que se estaba haciendo del término "totalitarismo". En un contexto de Guerra Fría, fueron muchos los integrantes del bloque capitalista que, apoyándose en las teorías de la filósofa teutona, calificaron a los países del bando contrario de totalitarios.
El análisis que hace Hannah Arendt del nazismo y del estalinismo como totalitarismos se centra en tres grandes puntos:
-El antisemitismo, vivido sobretodo con el nazismo, que a ojos de Arendt, se produjo a causa de la unión de la burguesía y el populacho (oponiéndose así de forma clara a pensadores como Marx, que situaban estas clases en total contraposición). La definición que da del populacho es la de los desechos de todas las clases sociales (frustrados de la I Guerra Mundial y renegados de la Crisis de Weymar), que, uniéndose a la burguesía, canalizó su odio hacia el pueblo judío, que, al dedicarse en muchos casos a negocios como la banca era visto como un pueblo improductivo y al que se culpó de la grave crisis que estaba atravesando Alemania.
Igualmente, hay que decir que el hecho de que este odio fuera hacia los judíos fue circunstancial, ya que, de haber ganado la guerra, Hitler de bien seguro que habría seguido con el exterminio de otras razas (polacos, ciertas clases de alemanes) en busca de la pureza racial. Lo que se buscaba con el genocidio judío era crear el clima necesario para, a largo plazo, poder liquidar a todos los "enemigos del Estado".
-El imperialismo, que concibe la expansión territorial (ya vivida a finales del siglo XIX y a principios del XX con el colonialismo) como único objetivo político. De esta manera, el Estado usará la política como arma de fuerza y tendrá en el ejército el máximo poder posible.
El imperialismo necesita una gran ideología en que apoyarse, un pensamiento que establezca que la raza propia es superior al resto de pueblos: los panmovimientos. Así, habiéndose establecido que el pueblo alemán es superior al resto (pangermanismo), solo hace falta ir un poco más allá para decir que los arios tienen el derecho a expandirse fuera de las fronteras alemanas y, a largo plazo, a ocupar el mundo entero.
-El totalitarismo, que se basa en un Estado que lo domina absolutamente todo. Un Estado totalitarista es capaz de arrebatar a todos y cada uno de los ciudadanos su individualidad, su independencia y su libertad, anulando así la importancia del individuo y organizando grandes masas de gente neutra que forme una gran mayoría.
De esta manera, el Estado totalitario acaba ejerciendo el terror sobre su población, las partes de la qual no estén de acuerdo con lo que está ocurriendo o no serán capaces de expresarlo, o si lo hacen serán excluidos o exterminados.
En conclusión, lo que Hannah Arendt trata de decirnos es que aprendamos de la historia, ya que el totalitarismo no es algo que haya quedado en el pasado, sino que existirá para siempre la posibilidad de que se vuelva a dar en el futuro.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada